Es muy frecuente que en el contexto terapéutico las PAS hablemos sobre nuestra dificultad para establecer límites y decir «no».
En contra de lo que podemos creer inicialmente no escuchar aquello que necesitamos, no poner límites, no satisfacer eso que para nosotras es importante, etc. es algo que acaba volviéndose en nuestra contra. A veces nos cuesta entenderlo y sumirlo porque sentimos que nos llena plenamente cuidar a los demás.
Con el paso del tiempo es muy común que sintamos que «nos quedamos sin gasolina» y esa sensación suele ir acompañada de otra: «ahora que yo lo necesito, los demás no están en la medida que yo he estado».
¿POR QUÉ NOS SUCEDE ESTO?
Por un lado, recordemos que nuestro cerebro está preparado para estar alerta. Funciona en modo «antena parabólica apuntando hacia fuera».
Por otro lado, en la mayoría de las ocasiones, la educación que recibimos va orientada a que detectemos y atendamos las necesidades de los demás antes que las propias.
Como diríamos coloquialmente: «se junta el hambre con las ganas de comer». Es decir, si nuestro cerebro está preparado para priorizar lo que está fuera de nosotros, y a eso le unimos que desde fuera nos potencian que lo hagamos, la consecuencia es que crecemos sin aprender a atender a lo que necesitamos en nuestro interior.
¿QUÉ CONSECUENCIAS TIENE ESTO?
La consecuencia directa es que, al no estar en contacto con nosotros mismos, aprendemos a creer que las necesidades y demandas de los demás son las nuestras propias. Es el mundo exterior el que nos dice qué es importante y qué no, qué es prioritario y qué no… En estas circunstancias, nuestra dificultad para establecer límites y decir «no» se consolida sin darnos cuenta.
Así, nos pasamos la vida intentando apagar fuegos que están fuera de nosotros y, en muchas ocasiones, cuando nos venimos a dar cuenta que tenemos unos cuantos en nuestro interior, resulta que ya casi estamos calcinados…
OTRA CONSECUENCIA
Cuando una PAS no ha hecho aún un trabajo personal profundo con ella misma también es muy frecuente que comente que, especialmente cuando siente que ya no puede más, tiene explosiones de ira.
En muchas ocasiones, estas explosiones son consecuencia directa de no haber puesto límites sanos a tiempo. Te has dado tanto hacia fuera, que te quedas sin sustento para ti misma.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
Si queremos superar nuestra dificultad para establecer límites y decir «no», necesitamos invertir nuestro tiempo y dedicación a buscar vías que nos ayuden a conectar de nuevo con nuestro interior.
- Aprender a escuchar lo que necesitamos, queremos y nos apetece.
- Atender y satisfacer eso que hemos escuchado.
- Aprender a sentirnos merecedoras de atención y cuidados.
- Recompensarnos y mimarnos.
- Creer de verdad que tenemos derecho a decir «no».
- Aprender a gestionar emociones como la culpa y el miedo a que nos dejen de querer si decimos «no» o ponemos cualquier otro límite que consideremos oportuno.
Aunque el proceso de reconectar con una misma y darle importancia a aquello que escuchemos es cuestión de tiempo, lo más importante es ponerse en marcha.
DANDO EL SIGUENTE PASO…
No podemos controlar que el resto del mundo responda a nuestras necesidades como y cuando necesitamos. Lo que sí que podemos aprender a escuchar, validar y satisfacer esas necesidades nosotras mismas. Es nuestra responsabilidad hacernos cargo de ello. Si no lo hacemos, nos ponemos a nosotras mismas en una situación de riesgo en relación a los demás. Volviendo a la metáfora del incendio: podemos acabar calcinadas por dentro.
De igual manera, fácilmente caeremos en la alta exigencia y en la fácil frustración cuando sintamos que los demás no nos compensan en la misma medida que nosotras damos.
Así que, pongámonos en marcha para aprender a equilibrar nuestro impulso de dar todo a los demás con el de ocuparnos de nosotras mismas.
Nuestra capacidad de generar amor, de dar cuidados y atenciones no tiene fin, pero si no empezamos por nosotras mismas, quizás un recurso que inicialmente es inagotable acabe casi al borde de la extinción.
Si necesitas ayuda para aprender a escucharte, respetarte y a poner límites sanos apra ti y en beneficio de tus relaciones interpersonales, puedes contactar conmigo pinchando AQUÍ.
Si deseas contactar con otras PAS para compartir tus experiencias y aprendizajes, puedes ponerte en contacto con la Asociación de Personas con Alta Sensibilidad de España (APASE).